DONDE HUBO FUEGO, CENIZAS VUELAN...













- Disculpe, Don Walt, una chica lo espera en la salita.(informativo respetuoso)

- ¡No me molestes más, sabés que cuando hace frío no tengo ganas de atender a nadie, che!(quejoso autoritario)

- Ya sé, ya sé, Don Walt, no se caliente que es peligroso para la salud…
Mire, le comento: yo ya traté de sacársela de encima varias veces, pero ella insiste.
Dice que se llama Cenicienta, y debe ser verdad, porque me ensució toda la alfombrita mágica con ceniza, mecachendié...
También dice que anda buscando el zapato que se le perdió anoche, que tiene esperanza de que Usté la ayude a encontrar alguno que le vaya bien… ¡Ah! Y que quiere un final feliz.
No le logré sacar otra data, vio. (explicativo redundante)

- Cierto… los zapatos y la esperanza son lo último que perdemos.(reflexivo profundo)

- Y no necesariamente en ese orden…(metafísico prudente )

- Haceme el santo favor de explicarle a esa chirusa ¡que los finales felices sólo existen en los cuentos! (taxativo realista)


- Esteeee, por eso viene a hablar con Usté, don Walt…(axiomático obvio)

- Yo, de un tiempo a esta parte, ando raro, tengo como un frío en el alma, no sé... Me siento fuera del negocio, vistes.
No te niego que de vez en cuando haga feliz a alguna princesita,  pero de ahí a asegurarle un ¨final feliz¨, se me complica...
Mandala hablar con el Cholo Pixar, a lo mejor la saca de apuros o le da uno de esos papeluchos de holograma para que se deje de jorobar.
Pero insistile, ehhh ¡que se saque de la cabeza que la vida es un cuento de hadas!
(práctico indiferente)

- Ahora mismo le digo, Jefecito.  (diligente obsecuente)

- Pará ¿cómo dijiste que se llama la piba?(dubitativo contradictorio) 

-Cenicienta, Don Walt.(reiterativo fastidioso)

- Lindo nombre para un título, che…(resolutivo entusiasmado)
Hacé una cosa: Pedile el número de celular y decile que antes de que den las doce la hago sonar. ¡No, perdón! Que antes de que suenen las doce, la llamo.
Quién te dice que este cuentero no le consiga algún zapatito que le venga bien. 

Después de todo, cuesta tan poco hacer feliz a la gente… 

 











Disneylandia, 9:56 P.M.







Semi-descalza ando y tengo un coche
que mudará en brevísimo a zapallo
con un ratón vestido de lacayo
que está borracho y duerme desde anoche.



¿Tiene más brío que su dueño el potro?
 ¿La vida es sueño? ¡No! Es corto el rato
y no se invierte probando un zapato.
No me lo pongas y sacame el otro,



que dan las doce y ¡se nos va la vida!
Y no te clavo un taco en la cabeza

porque no queda bien que una princesa
 se dé el permiso de avanzar sin brida.



Que en esta historia o plantamos cimientos
o no contamos nunca más el cuento. 










Fdo: La Cenicienta



















¨ En nuestro amor hay una pena que se parece al alma.¨ (J.L.B.)

¨  En nuestro amor hay una pena que se parece al alma.¨   (J.L.B.)
Silvina Grimaldi Bonin (ARG)

Son lectores de esta página: