A una amiga,


























qué es eso, cortazarita,
pichoncito de cronopio,
de andarle recordando al estanque
que alguna vez fue mar;



qué es eso, mocosa,
compórtese carajo,
de hacerle ver a la brisa
que todavía tiene pasta de viento;



qué es eso,
ubíquese che,

de sembrar estrellas en la oscuridad


y volverse a casa así



como si nada.

















 





PAYADA DEL ¨YUYO PARA OLVIDAR¨












I


En vano andaba una china
con cuitas del corazón,
empuñando la razón
pa´ restañar tanta inquina.

No encontraba medicina
que domeñara el sentir,
¡y pa´qué le vu´a decir!
que quiso parar el viento
amañando sentimientos
sin saber cómo seguir…


 
II

La cuestión es que la pobre
se dio cuenta tarde y mal
que ante el amor, no hay puñal
ni coraje (aunque le sobre),

ni paño para el salobre
y angustioso lagrimero,
que pueda enfriar el cuero
cuando acomete un volcán,
ni Dios, ni cura, ni San
Benito el más milagrero…



 
III

Entonces rancho pa´fuera
sembró el ¨yuyo del olvido¨,
conociendo que es sabido
que de olvidar no hay manera,

y que es pura palabrera
de ningún modo veraz,
porque sólo encuentra paz
el alma que se convence
que la razón nunca vence
si el que late, quiere más.


 
IV

La cuestión es que en lugar
de que creciera el sembrado,
no apareció en el costado
el ¨yuyo para olvidar¨.

-¡No me pude equivocar!

dijo la pobre chinita
que veía margaritas
asomando por doquier,

- Querer dejar de querer
-se dijo refunfuñando-
es el error más nefando
en el que pude caer…


 
V

No es fácil la aceptación,
pero es grande el beneficio,
el amor obra de oficio
sin previa autorización.

Y hay que darle al corazón
una espoleada de fe
(quiera o no quiéralo Usté)
y el timón de nuestra vida,

porque es trifulca perdida
andar discutiendolé.

















 










(quiera o no quiéralo Usté... )
















EL VACÍO



















- Che... ¿ y la Poesía ? 



- La ortografía no tiene mácula, eso lo tengo claro, derrapar ahí es pecado mortal. 




- ¿Y la Poesía…?

 
-  La gramática bastante bien, podría mejorar, obvio.



- ¿Y la Poesía…?


- Y la sintaxis zafa, ponele, algunos traspiés, pero los normales, los del discurso, de esos que te pasan desapercibidos.



- ¿Y la Poesía…?


- Ojo, que no es tan fácil como parece esto de la métrica, una vez que tenés el golpeteo de las sílabas en la mente, los dedos se mueven solos.



- ¿Y la Poesía…?



- Y el ritmo, fundamental, ahí no la podés errar, porque es delito, creéme.





- ¿Y la Poesía…?
















 



- ¿Y la Poesía…?











 



- ¿Y la Poesía…?



 












 

- ¿Y la Poesía…?

















CARTA RECIBIDA HACE UN RATO...












I

Tenemos alas. Miranos.
No hay reja que nos habite
ni miedo que nos evite
tender invisibles manos,


y andar el aire, ese imperio
intangible, inabarcable,
de límites impensables,
que encierra el mayor misterio.




II

Tenemos alas. Las cuerdas
no nos ataron los pies.
Nacimos libres, después
burlando toda mancuerda


vamos cumpliendo un destino
precioso, franco, sin vueltas,
encantadas y resueltas
a mostrar un don divino.




III

El don de la Libertad
que no se compra ni vende,
y que sólo se desprende
de la propia voluntad.


Sólo existe un carcelero
y habita en nosotros mismos,
pero es un pobre espejismo,
y hay que quitarle los fueros.




III

No damos explicaciones,
no le tememos al viento,
y no está en nuestro argumento
suplicar contemplaciones.


No nos debemos a un hombre,
no nos encierra una casa,
no nos cubre una coraza,
no nos ata ningún nombre…


Y si nos niegan la mano,
y si nos falta un consuelo,
nos vamos ganando cielo
a buscar otro verano.




III


No somos menos finitas
que tu medrosa existencia,
no nos hieren las ausencias,
no nos desvelan las cuitas.


Nos labramos nuestra suerte.
Y algún día... ¡ igual que a vos !
por un decreto de Dios,
nos va a derrotar la Muerte.


Y en ese mismo momento,

no vamos a andar pensando,
ni tejiendo, ni llorando
ningún arrepentimiento.












Tenemos alas.

Miranos.

Son el ángel que nos salva.

Y aunque sea, con el alma,

copianos.
















LA REVELACIÓN


















Blogger le hizo creer que existía el amor.
Twitter,  que llevaba la verdad consigo.
Facebook, que tenía montones de amigos
y que era posible otro mundo mejor.


La imagen primando ante la juglaría,
la foto elegida en un cendal de humo,
detrás de la cual no se advierten los grumos
del pobre y falaz mester de paganía.  


Incauta fue aquella que en un monitor
se vistió de seda y de literatura,
como si en la arena de esa cuadratura
un genio pudiera curarle el dolor.


¡Confundir alquimia con puras cenizas!
No hay zapato alguno sobre la escalera.
No hay conejos blancos dentro la chistera.
Y un dios implacable se muere de risa.


Para una mentira no hay nada más sano
que el sol en la cara una manaña fría,
denunciando al mundo esa melancolía
que lleva la escueta verdad de la mano.


La verdad desnuda, sin peros, sin ropa,
con el paso firme sobre la explanada,
renunciando al vórtice de la pavada,
vaciando de un solo puntapié la copa.


¿Y ahora…? El trago:   amargo y adverso,
pero necesario y legitimador.
Tratar de enmendar -como sea- el error,
y apostar el alma a enaltecer los versos. 









Ha ignorado al Ángel, no atendió sus dones,
que el Numen la olvide, que Dios la perdone.











CARTA A MI PADRE
















No los viste nacer, no los tocaste.
Su llanto y su sonrisa no te fueron
concedidos, y se desvanecieron
en el instante mismo en que marchaste.


No coincidieron en tiempo y espacio.
La mano del azar no unió sus manos.
La foto que no fue, refleja en vano
una luz que se filtra muy despacio


por las puertas del alma. Y aún así,
en la mirada de ellos permanece
una esmeralda que te pertenece,
antes y ahora, para siempre, aquí.









Mirarlos a los ojos es mirarte,
y burlar a la Muerte, y recobrarte.


































MANIFIESTO






























No busques el poema. No persigas
las palabras igual que a mariposas,
y no pretendas ver crecer las rosas
allí donde esparciste sólo migas.


No siembres en la arena, ya no sigas
inventando piruetas en el aire,
fue suficiente cuota de desaire,
no hay fuego enfrente, ni línea enemiga.


No esperes oro blanco en las espigas,
ni lluvias en las tardes calurosas,
ni luna sobre noches tormentosas,
tan solo porque quieras o lo digas.


No reces un rosario, ya no hay tinta,
ni sangre generosa recorriendo
las páginas en blanco, suscribiendo
partidas con sus líricas extintas.   


No apuestes al prodigio. Una infiel
indiferencia y vacuidad rotunda
se ha apoderado ya de la errabunda
virtud que supo andar en tu papel.


No vayas contra el viento. No te pares
a soportar el golpe de la ola,
porque el embate es duro y estás sola
para enfrentar el mar cuando te encare.


No sigas cabalgando. Rocinante,
 cansado,  ya no puede más seguir
camino para sólo conseguir
más piedras. No encontró diamantes;


y hasta las perlas se desvanecieron
como burbujas. Las pobres chocaron
contra montañas y se desangraron
en el instante mismo en que nacieron.




















No frotes esta lámpara, no hay genio
ni voluntad, ni fe, ni amor, ni esfuerzo
capaces de gestar un solo verso
que se parezca al que pensaste en sueños;














que la poesía, si quiere encontrarte,
sabrá muy bien adonde ir a buscarte. 

















































No busques el poema




No siembres en la arena







                                                         No esperes oro blanco 







No reces un rosario








              No apuestes al prodigio 






No vayas contra el viento








                               No sigas cabalgando






                     No frotes esta lámpara
 




















 No busques el poema






















CUIDADO CON LA PERRA

















I

Cuidate del agua mansa.
De una flama que se extingue.
De una mujer que se rinde.
Y de un volcán que descansa.


Del enemigo que transa.
De la tropa que repliega.
De la que nunca se niega.
Y del mar que se remansa.


De una yegua con el freno.
De los panales vacíos.
De la quietud de los ríos.
Y de un discurso sereno.


Del alud que aún no se gesta.
Del huracán que se ha ido.
Del perro que está dormido.
Y de un ¨O.k...¨ por respuesta.




II


Cuidate de forma igual
de aquella que acepta todo
y no le encontrás el modo
de hacer que reaccione mal.


Cuidate de la dulzura
que encubre cierta poesía,
cuidate de la porfía,
cuidate de la ternura.


Cuidate de quien se aleja
callando y sin protestar,
de quien nunca va a objetar,
de la que viste de oveja.


La vida es un derrotero,
y es complicado saber
si un día no va a poner
al revés este tablero.


Cuidate, no vaya a ser
que por error de Cupido
te enamoraras perdido
de quien no querés querer…














¡Cuidate! 

del agua mansa.

De una flama que se extingue.

De una mujer que se rinde.

Y de un volcán que descansa.


 







Cuidate, en fin, de estas cosas,
que aunque de inocuas se vistan,
es posible que revistan
consecuencias peligrosas…



La Prudencia así lo exige,
durante, antes… después…
Cuidate, y si no querés,

no digas que no te dije.





























¨ En nuestro amor hay una pena que se parece al alma.¨ (J.L.B.)

¨  En nuestro amor hay una pena que se parece al alma.¨   (J.L.B.)
Silvina Grimaldi Bonin (ARG)

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