LA DESTINACIÓN




























Somos la grafía de Otro Pensamiento
que vuelto de carne, camina en la Tierra;
y dentro el espíritu invisible encierra
cada circunstancia de cada momento.




Y en este ilusorio juego de albedrío
no se nos permite vislumbrar las cuerdas,
de arriba hacia abajo y de derecha a izquierda
con las que La Mano nos lleva en el río.



En el mapa antiguo que muestra el camino
ya constaba el arduo trazo de los nombres
de todos los rostros, de todos los hombres
y de cada paso y de cada destino.



No elegimos ser, nacer, ni ante la Muerte
nos será otorgado decidir la exacta
fecha que en el mármol conste como un acta
y que nos abarque, al fin,  toda la suerte.
























Ya estaba pensada (aunque no lo notamos...)
la tarde de octubre en que nos encontramos. 





























 Ya estaba pensada...


























ESE INVENTO DEL HOMBRE













Ese invento del hombre, la palabra…


que tantas veces me sobra,
que tantas veces me falta,


que ahoga al que no la dice
y al que la dice, lo salva.


Que tantas veces usé
para escribir que te amaba.


Que en forma de talismán
yo me he guardado en tu carta.


Que a ratos llora poesía
y a otros, suena a guitarra.


Que se convierte en el grito
susurrador del que canta.


Y se constela en los libros
como la estrella en el agua.


Y se derrite en el beso
de las bocas que se enlazan.


Y que en aquellos que se odian
  se vuelve cincel y espada.


Y en el mármol, testimonio,
y en los versos, esperanza.






 












Y en esta tarde que muere:
  oxígeno que me falta.














Ese invento del hombre, 





la palabra…












LOS SIGNOS








 







 
La sombra de tus noches y mis lágrimas.
Mi voz que hirió de muerte a tu silencio.
El precio por tenerte y por perderte.
 
El íntimo misterio, el mismo libro.
El fuego y el recuerdo de las siestas.
El eco de la lluvia en los cristales.
 
Mi terca voluntad de un juramento.
Las risas y un secreto entre las sábanas.
La unión de dos senderos bifurcados.
 
La eterna finitud de tus ausencias.
La cárcel que me habita. La distancia.
Mi sangre que fue tinta y fue poema.
 
La dulce evocación de lo imposible.
Damocles, que es el tiempo amenazándonos.
La fuerza inmensurable de un deseo.
 
Mi error de pretender torcer destinos.
 
El sur desdibujado en una brújula.



 
 
 
 
 
 
Que yo inventara un mundo de poesía...








 
 
 
 
 
 
Hay algo de virtud en estos versos:

nos cifran.









REVO/ EVO/ LUCIONES










Del otro lado de los titubeos
se van gestando las revoluciones,
arrastran alma, cuerpo, corazones,
convencimientos, lágrimas, deseos.



Ponen el ojo allá donde las balas
ya son inútiles, y no hay discurso,
conversación, apóstrofe o recurso
que desanime ese embate de Palas.



El cambio en serio, que empieza por casa…
cuesta dolor y tiempo, pero llega,
y es en el núcleo mismo donde pega,
y hasta el patrón más rígido amenaza.











En la nimia potestad de nuestros pasos:
la evolución, el giro, o el ocaso…


















¨ En nuestro amor hay una pena que se parece al alma.¨ (J.L.B.)

¨  En nuestro amor hay una pena que se parece al alma.¨   (J.L.B.)
Silvina Grimaldi Bonin (ARG)

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