Yo no supe moderar los
estipendios
ni atiné a la graduación de lo que di,
y hoy asumo sin decoros que perdí
hasta el códice más caro en este incendio.
ni atiné a la graduación de lo que di,
y hoy asumo sin decoros que perdí
hasta el códice más caro en este incendio.
Tuve fe en algún cuarteto que
parí,
cerré el muro del Haber sin resistencia
y en el culto del Deber y la Exigencia
puse piedra sobre piedra y me escondí.
cerré el muro del Haber sin resistencia
y en el culto del Deber y la Exigencia
puse piedra sobre piedra y me escondí.
Pero un día (sin buscarte) yo te
vi,
y crucé entre los hiatos sin temor,
para ir a anoticiarte de mi amor
y entregarte los poemas que escribí.
y crucé entre los hiatos sin temor,
para ir a anoticiarte de mi amor
y entregarte los poemas que escribí.
- ¿ Y después ? - Sin más rodeos,
me volví
a morirme entre las rejas que hábilmente
construí para cuidarme de la urgente
consecuencia de esa llama que encendí.
a morirme entre las rejas que hábilmente
construí para cuidarme de la urgente
consecuencia de esa llama que encendí.
Es que a veces, con el dios de
las Corazas,
suscribimos ciertos pactos anodinos,
y en infiernos terrenales y mezquinos
terminamos construyendo nuestras casas.
suscribimos ciertos pactos anodinos,
y en infiernos terrenales y mezquinos
terminamos construyendo nuestras casas.
Ojalá... me sobreviva esta
proclama
en los versos que dejé sobre tu cama.
en los versos que dejé sobre tu cama.
Ojalá...