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fue de anchas tristezas, no muy santas, como el ángel caído, que de tantas... |
Nunca pude escribir desde la paz,
a la sombra de un viejo paraíso,
con el viento a favor, Dios no lo quiso,
y yo no lo objeté ¡faltaba más…!
a la sombra de un viejo paraíso,
con el viento a favor, Dios no lo quiso,
y yo no lo objeté ¡faltaba más…!
Fue de sangre la tinta, fue de bronca,
fue de amargo y salobre río abajo,
y de fiebre en la piel, profundo el tajo,
censurados los gritos, la voz ronca.
Fue de pura emoción, como en el tango,
y de anchas tristezas, no muy santas,
como el ángel caído, que de tantas,
se allanó a la nostalgia de su rango.
Justifican mis versos: este amor,
el golpe que no di en la otra mejilla,
el coraje de nadar hasta tu orilla
y el daño de tu ausencia, ese motor…
No he logrado escribir desde el sosiego.
Que el Infierno no me prive de su fuego.