UNA CARTA PARA VICTORIA








Para mi -muy-  joven compañera:  Vicky... 














Los puertos son tan mansos, tan seguros,
sus aguas son tan quietas (como espejos
que olvidaron la luz entre los viejos
ajetreos de sol). Son tan oscuros…


Empero, si no hay río en el desierto,
ni flores en los páramos, ni hay alas
vistiendo el frío sayo de las balas,

no fue gestado el barco para un puerto.








El día que te animes a ser viento
no habrá en la Tierra entera una muralla
y vas a ganar todas las batallas,
y vas a remover cualquier cimiento.


Tu nombre no es casual. Nada lo es.
Los dos que te nombraron pretendían
que fueras alma y carne y osadía,
y fuego y sangre y ánimo a la vez.




 

El peso de las anclas te desvela.
Te espera el ancho mar de azul profundo.

No des a las amarras ni un segundo.

¡Hay tanto potencial entre tus velas!








 


Quien firma estas palabras - sin derecho -
te está pidiendo a vos lo que aún no ha hecho…

























¨ En nuestro amor hay una pena que se parece al alma.¨ (J.L.B.)

¨  En nuestro amor hay una pena que se parece al alma.¨   (J.L.B.)
Silvina Grimaldi Bonin (ARG)

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