MILONGA DE LOS PORFIADOS

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Mi sombra me anda prepeando,
y es una mina muy zaina.
Yo le avanzo medio metro
y ella se estira tres cuadras.


La oscuridá sin fronteras
del par de sus negras alas
me envuelve como el invierno
con su más fría amenaza.


Ella sabe que me tiene
entre las cuerdas el alma
y el corazón desangrado,
pidiendolé la toalla.


No hay San Benito ni Dios
que logre desanimarla,
ni discurso ante el espejo,
ni mar entero de lágrimas,


ni litros de té de tilo,
ni infinitas caminatas,
ni multitud de poesía,
ni sermonera descarga.


Le planto lucha, les juro,
la enfrento cada mañana,
pero me enrosca y me enrosca
y hasta doblarme no para.


Herida de un mal de amor
y de horizontes vaciada,
soy un juego para ella,
prima infeliz de la Parca.


Hay días que le hago frente,
pareciera que se tranca,
pero es batalla perdida
la que parece ganada.




Aunque... yo no me andaría
en su lugar, tan confiada,
los muertos que ella mató
todavía dan boqueadas.



No sabe con quién se mete…
Yo, que nací pa´ porfiada,
pienso darle hasta la muerte
pelea, y al fin, ganarla;

  
no parar, no perdonarle
ni media bravuconada,
y hacer crecer un trigal
donde ella sembró cizaña...


 


























Mi sombra me anda prepeando,
y es una mina muy zaina…




















¨ En nuestro amor hay una pena que se parece al alma.¨ (J.L.B.)

¨  En nuestro amor hay una pena que se parece al alma.¨   (J.L.B.)
Silvina Grimaldi Bonin (ARG)

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