INSTRUCCIONES PARA UN EPITAFIO








No me busques acá.


 


 

No me busques en el mármol
ni en la tierra
ni en las flores
ni en las cruces.

 


¿Alguna vez me viste emparentada
con la tierra,
con las flores,
con las cruces…?





 


Buscame en otros lugares,



 





en otras cosas,






 







en las tardes infinitas del verano,
en la música trivial de las chicharras,
en las noches del insomnio indestructible
o en el humo del café, que sube lento,


en la dulce sencillez del mate amargo,
en un vuelo de palomas a tu paso,
o en las páginas que nombran los espejos
y la arena y el puñal y el laberinto,


o en los ojos de mi hija, la más chica,
o en la esquina de la vuelta de tu casa,
más al sur, y tan cercana y ya tan lejos,
o en un dije cuyo azul no gasta el tiempo,



y en los versos,

en los versos…

















Pero no me busques acá.

























¨ En nuestro amor hay una pena que se parece al alma.¨ (J.L.B.)

¨  En nuestro amor hay una pena que se parece al alma.¨   (J.L.B.)
Silvina Grimaldi Bonin (ARG)

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