VOY A DEJAR DE QUERERTE












I

Voy a dejar de quererte
el día que vuelen vacas,
que el agua se vuelva vino
y que la sangre sea blanca.


Cuando Adán diga que no
a la jugosa manzana,
y cuando vea a Afrodita
en pantuflas y arrugada.




 II

Yo voy a dejar de amarte
porque sí, como si nada, 
la noche en que el sol se quede
colgado de mi ventana.


Cuando la luna se muestre
rectangular o cuadrada
y un perro verde me ladre
tempranito a la mañana.





III

No voy a dejar de amarte
aunque me envíes la carta
diciendo que me borrás 
para siempre de tus mapas.




O te diluyas sin ruido,
sin reproches y sin lágrimas, 
sin versos y sin razones, 
sin cursarme una palabra.




Tampoco en el caso aquel
que -sin quid alguno- hayas
decidido no impugnar
el fallo de esta distancia. 





IV

Te voy a extrañar. Sabés
que milito en la Nostalgia
con una energía antigua
y una misión becqueriana.




Nací así. No me arrepiento
de ser Julieta frustrada,
Penélope en decadencia
y Helena descascarada.








V

Y si acaso un día no ves
señal de vida en mi playa, 
espero que te esmerés
con epitafio de estampa,




y de mi cese de acción
te habrá de aclarar la Parca,
si es que acaso algo te explica,
porque explicar no le cuadra.





VI


Pero pretendo esperarte,
mis ambiciones se amparan
en una fe quijotesca, 
hereje y destornillada.




Cuando la muerte es de a dos
-ya se sabe... - es más romántica,
y relumbra en forma eterna
con una luz shakesperiana.





Y en este impuro romance
de octosílabos con mácula,
firmo estos votos al pie,
sin que me tiemblen las alas,



en un abril oxidado
a fuer de nubes y lágrimas, 

como el que escribe en la arena
con el coraje del agua.














¨ En nuestro amor hay una pena que se parece al alma.¨ (J.L.B.)

¨  En nuestro amor hay una pena que se parece al alma.¨   (J.L.B.)
Silvina Grimaldi Bonin (ARG)

Son lectores de esta página: