Se
me están negando un poco las palabras
¿estarán
cansadas de tanta poesía?
Casi lesionadas, me piden el cambio.
Se me están muriendo de melancolía.
Y
hoy las yemas hablan. Trova insuficiente
para validar el resto de los días
para validar el resto de los días
en que no parí la luz de un solo verso
por quién sabe qué anatema o brujería.
Y aún así, con unos conejitos viejos
que encontré en la oscura galera vacía,
redacté esta especie de carta en estrofas
(por simple capricho de costumbre mía…)
Como si unas pocas palabras bastaran
para apaciguar las olas de atonía,
como si las pobres teclas alcanzaran
para dar
sentido al paso de los días.
Como si
pudiera decirte en dos líneas
que te sueño alguna
noche todavía
y que no he
logrado pasarte a retiro,
condenarte a
archivos (que ya debería…)
Y que cada vez
que escribo muero un poco
para respirar con
cierta autonomía
y resucitar
por un minuto breve
en estas
arenas falaces e impías,
porque tengo miedo de esa soledad
que cerrar las
puertas de este lar traería.
Porque me ofrecieron (hace algunas noches)
habitar la Calle de la Cobardía,
en un sueño
gris, los ángeles sin alas
que pueblan un
Cielo al que yo no me iría
y que no acepté la divina propuesta
sin saber muy
bien la causa, todavía...
¡ Ah… !
y que yo te adoro - sin prisas ni pausas -
(dato,
que obviamente… vos ya conocías).
Se
me están negando un poco las palabras
¿estarán
cansadas de tanta poesía?
casi lesionadas,
me piden el cambio
se me están muriendo de melancolía