Del otro lado de los titubeos
se van gestando las revoluciones,
arrastran alma, cuerpo, corazones,
convencimientos, lágrimas, deseos.
Ponen el ojo allá donde las balas
ya son inútiles, y no hay discurso,
conversación, apóstrofe o recurso
que desanime ese embate de Palas.
El cambio en serio, que empieza por casa…
cuesta dolor y tiempo, pero llega,
y es en el núcleo mismo donde pega,
y hasta el patrón más rígido amenaza.
En la nimia potestad de
nuestros pasos:
la evolución, el giro,
o el ocaso…