Se vieron una tarde del Futuro
tejida entre el Destino y el Azar.
Fingieron no advertirse y sin hablar
siguieron su camino con apuro.
Los dos llevaban a alguien de la mano,
un bolso de recuerdos escondido
y un As de Corazones decidido
a no dilapidar latido en vano.
Negando lo gozado y lo sufrido,
pensaron de una vez y sin cuidado:
Él, que ella - por fin - lo había olvidado
y ella, que él - jamás - la había querido.
Si erraron o acertaron en creerlo
ya no hay manera alguna de saberlo.
ya no hay manera alguna