LOS COSTOS DEL CORAJE







— Los que se animan se van en sangre.
El mar los choca. La luz los quema.
La sal los hiere. Tragan la flema
de los que escupen como un enjambre


de avispas locas con aguijones
envenenados. Los que se animan
cargan las piedras de los que miran. 
Y dan en pago sus corazones.


Los que se animan son incendiados
sobre la pira sin previo juicio
y flagelados por los prejuicios
de los que nunca fueron juzgados.


Los que se animan son la comida
de los leones que se mantienen
con carne herida. Rotas sus sienes: 
los que se animan generan vida.







— ¿ Y los que no…?

— Se mueren antes, lento y prolijo, 
sin darse cuenta, sobre sus hijos.













INFIERNO, CANTO IV











Modelamos el perfil de nuestros monstruos
Les ponemos sus nombres y adjetivos
Los vamos esculpiendo en nuestras mentes
y cuando están a punto los parimos




Se nos seca la sangre y la energía
hasta ver cuán gigantes los hicimos
comprobando por fin que no habrá forma
de resguardarnos de su poderío




 Los honramos /  Son Dioses Karmas Odios
Aficiones Rencores Espejismos
Convicciones Deseos Providencias
Vocaciones Certezas o Destino





Y justo cuando estamos adorándolos
bajo el peso de sus plantas nos morimos.










UNA MUJER ENAMORADA












I

¡Qué lento transcurre el tiempo!
cuando mis faros no encuentran
señales de que vivís
o un rastro de que estás cerca.

Es una oruga cansada,
es un buzón sin respuesta,
es un tren bajo la lluvia
desparramando tristeza.




II

Y de pronto ¡ al ver tu luz ! 
asomarse entre la niebla,
las agujas se alborotan,
los relojes se contentan

y el sol se asoma por casa
y la bendice de fiesta,
devolviéndome los bríos
y compensando la espera.





III

¡Pero la fiesta es tan corta!
que termina cuando empieza,
sin importarle el envión
que yo tomé en la carrera.

¡Y me frenás tan de golpe!
que dejo marca en la tierra,
olor a caucho quemado
y lisas las cuatro ruedas.

Qué pena que dure poco
la rosa en el agua fresca, 
el arco iris del cielo
y el plato con las almendras.




IV

El caso es que mientras yo
firmo una lista de quejas,
voy rebotando en el techo
y hago surco en la vereda,

corto clavos, gasto dientes,
piso justo donde quema,
y voy llenando los baldes
con lágrimas y con penas; 

vos invertís la energía
rindiendo culto a la siesta
o picoteando en jardines
sin distinguir: flor de hiedra,

si es flaca, gorda, mediana, 
si es corvina o si es sirena, 
o gato, o liebre, o mojarra, 
o bagre o mosquita muerta.





V

Y en esa paz que te embarga,
tu piel no siente mis guerras,
no ven tus ojos mis nubes,
no adivinan mis tormentas,

no advierten mis ansiedades, 
no suponen mis rabietas;
¿ y de mis cables pelados ?
tus radares ni se enteran.



Recuerdo que me dijiste
con voz inflexible y cierta: 
que ¨nunca me acostumbrara¨
al solaz de tu presencia,

y que no era conveniente
ajustarse a una promesa,
por ¨si ocurriera algún día
que te alejaras sin vuelta…¨





VI

Así, que haciéndote caso
¡por tan noble sugerencia!
y en virtud de que a luz vista,
muchas opciones no deja,

procedo a notificarte
que a partir de este poema
voy a tratar (Dios me ayude)
de acostumbrarme a tu ausencia.
















Al menos, amado mío, 

hasta ese día en que vuelvas 
y me empaquetes de nuevo, 

con la mismas consecuencias...



















UNA COLISIÓN


















Se vieron una tarde del Futuro
tejida entre el Destino y el Azar.
Fingieron no advertirse y sin hablar
siguieron su camino con apuro.



Los dos llevaban a alguien de la mano,
un bolso de recuerdos escondido
y un As de Corazones decidido
a no dilapidar latido en vano.



Negando lo gozado y lo sufrido,
pensaron de una vez y sin cuidado:
Él, que ella - por fin - lo había olvidado
y ella, que él - jamás - la había querido.






Si erraron o acertaron en creerlo
ya no hay manera alguna de saberlo. 



















ya no hay manera alguna















UNA PROCLAMACIÓN
















Yo no supe moderar los estipendios
ni atiné a la graduación de lo que di, 
y hoy asumo sin decoros que perdí
hasta el códice más caro en este incendio.



Tuve fe en algún cuarteto que parí, 
cerré el muro del Haber sin resistencia
y en el culto del Deber y la Exigencia
puse piedra sobre piedra y me escondí.



Pero un día (sin buscarte) yo te vi, 
y crucé entre los hiatos sin temor, 
para ir a anoticiarte de mi amor
y entregarte los poemas que escribí.



- ¿ Y después ? - Sin más rodeos, me volví 
a morirme entre las rejas que hábilmente
construí para cuidarme de la urgente
consecuencia de esa llama que encendí.



Es que a veces, con el dios de las Corazas, 
suscribimos ciertos pactos anodinos, 
y en infiernos terrenales y mezquinos
terminamos construyendo nuestras casas.











Ojalá... me sobreviva esta proclama
en los versos que dejé sobre tu cama.





















Ojalá...














UNA SALVA / jada



















1-    INTRO


Va el hombre inocentemente
por la vida lastimera
y en una esquina sin nombre
con el Destino se encuentra.

Lo esquiva, en fin, como sabe,
hasta que un día lo enfrenta,
le pone el pecho a las balas,
y cuando puede, lo deja.

Pero el Destino se ensaña,
y se parece a un poema,
y lo persigue en los sueños,
y en la vigilia lo acecha.

Y aunque no es hiel ni es espada
le va tajando las venas,
le va abarcando el latido,
le va aflojando las piernas.





2- REFLEXIÓN FILOSÓFICA


Pero el que macho nació
se la aguanta y no se entrega,
apura el paso y al Tiempo
le va ganando veredas.


Y aunque regala algún beso
alguna vez en las siestas,
nunca inclina los blasones
y no rinde las banderas.

Empero, ante Dios testigo,
(el único en la reyerta)
siente que nada es igual
después de andar esa guerra.




2-    CUASI CONCLUSIÓN


Porque no existe artilugio
ni se inventó una manera
de salir por la tangente
cuando el Tsunami te pega.




3-    ARTICULACIÓN FEMENINA 
DEL ¨ YO TE DIJE ¨



Hubieras corrido a tiempo
y ahorrado tamaña gresca,
en lugar de haber quedado
plantificado en la arena:


los ojos desencajados,
vidriosos, la boca abierta,
y quieto como una estatua
imitando a una palmera.


Si el mar se te vino encima
y no atinaste a respuesta,
que te allanaste a la ola
hacemos como de cuenta...






4-    RETOMANDO EL ARGUMENTO


Volviendo a la otra cuestión
(porque me he ido de tema)
hoy vengo a dejar constancia
(si no… ¡me corten la lengua!)

que sos la tinta imborrable
y la vida en cada tecla
y el motor en el papel
y la energía en las letras.

Tomalo como un capricho,
como obsesión, o promesa,
como el más fiel juramento,
tomalo en fin… como puedas.


¿ Y si no caben mis versos
en tus humanas esferas ?
- Habrás de hacerles lugar
-lo quieras o no lo quieras-

Yo habré de marcarte el alma
al menos con un poema
de todos los que te he escrito
en estas últimas décadas.

Lo aceptes o no lo aceptes.
Lo escondas bajo la mesa.
Lo niegues en otras camas.

L-o q-u-i-e-r-a-s- o – n-o-  l-o q-u-i-e-r-a-s-




5- MARGEN PARA EL ERROR
Y REFERENCIA PATRIÓTICA


Y si acaso me equivoco…
y si acaso así no fuera,
preferiría, alma mía,
ignorarlo en forma extrema; 

y al enfrentarme a mi hora
fatídica y postrimera,
morirme como Cabral,
clavada,  pero contenta.





6- FINAL POÉTICO


Dichosa aquella que ignora
verdad amarga y rastrera
y avanza por el camino
con ilusiones eternas,

pluma en mano, vista al cielo,
mirando la luna nueva,
andando la vida breve
con su sayo de poeta.














Lo aceptes o no lo aceptes.

Lo escondas bajo la mesa.
Lo niegues en otras camas.



L-o q-u-i-e-r-a-s- o – n-o - l-o - q-u-i-e-r-a-s-
























¨ En nuestro amor hay una pena que se parece al alma.¨ (J.L.B.)

¨  En nuestro amor hay una pena que se parece al alma.¨   (J.L.B.)
Silvina Grimaldi Bonin (ARG)

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