SIN PALABRAS...



















I

Y una mañana cualquiera,
después de una noche larga,
y sin floreos de luna:

Te quedaste sin palabras…








¿De qué sirvieron las dichas
con la firma como estampa,
las que poblaron el sur,
las que preñaron las blancas

 
y antiguas hojas dormidas
en el umbral de tu casa,
las que aspirando a ser libros,
apenas si fueron tapas,

 
las que queriendo ser perlas
no llegaron ni a ser máculas,
las que pensándose estrellas
fueron neón que se apaga?

 


II

¿De qué sirvió, te repito…
semejante catarata?

- Él supo que lo adorás.

 

(No había manera más mágica

que el Destino pergeñase
para noticia tan alta.
Era imposible pensar
una fórmula más grata,

 
inabarcable, preciosa,
de hacer notar a quien se ama
que aquella que forma un río
con la tinta derramada.

 


III

Te podrías morir hoy,
te podrías morir… mañana
con la conciencia tranquila
y el mordisco en la manzana,

 
(quien visita el Paraíso
sabe bien que no hay más nada
que pueda venir después
de tan exquisita gracia).

 


IV

Y aunque sé que no te asumo
(no te creo para nada)
militante del silencio,
del repliegue partidaria,

 
devota del ¨say no more¨,
infiel a la verborragia,
fanática de la elipsis,
instruida en la templanza,

 
¡con tantos marzos encima!
¡con tanta invisible mancha!
¡con la ficha personal
atiborrada de marcas!

 


V

y aunque lo sigas amando
con el cuerpo y con el alma,
y la autocracia del tiempo,
y a metros luz de distancia;

 
y aunque te salgan subtítulos
porque tu voz ya no canta,
y no lo aceptes, mi amiga,
y me lo niegues a ultranza,

 
vas a tener que mirarme
en el cristal que se empaña
del espejo inquisidor
de la orilla de tu cama

 
y confesar que esta vez,
 
sin peros y sin revanchas,
 
y un silencio en estampida:

 






te quedaste sin palabras…

 






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¿ Y de qué sirvió, repito,
semejante catarata?


 



- Él supo que lo adorás.


 




















No había manera más mágica...




































¨ En nuestro amor hay una pena que se parece al alma.¨ (J.L.B.)

¨  En nuestro amor hay una pena que se parece al alma.¨   (J.L.B.)
Silvina Grimaldi Bonin (ARG)

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