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¨De buenas
intenciones
está regado el
camino al infierno. ¨
(San Pablo) |
I
- ¡Ay Nana,
que jamás había osado
prendarme! Me
ha signado todo el pueblo
diciendo que
no tengo más arreglo
y así, vistiendo
santos me han pensado.
¡Mi madre al
escuchar tamaño oprobio
ve a todo el
que se cruza como a un novio!
Y sé que ha
apalabrado a San Antonio,
rezando sin
feriados y sin mengua,
jurándole
frenar su propia lengua
a cambio de
ajustarme lazo y moño.
¡Ay Nana, si
intuyera dónde embarco
me quema sin
piedad con la de Arco!
II
A fuer de tanto
andar entre los cirios
no sabe que me
escurro por las noches,
saltando la
ventana y los reproches,
con prisa y
sin testigos ni martirios,
burlando la
fugaz luna amarilla
debajo de
un portal de la
Capilla,
al nido de mi
dulce Sebastián,
con quién en
cuerpo y alma toco el cielo,
por ser como
volcanes en deshielo
los brazos de
ese hermoso sacristán...
¡Si llega al
Trono tal salacidad
divorcia a la Divina Trinidad!
III
Sor Ethel, si
me ve, ¡pega un respingo!
rogando ad infinitum penitencia
en pago por
tan lúbrica indecencia
después de
cada misa de domingo.
¡Clausura el
centro mismo del Sagrario
y ordena ahorcarme
ya con su rosario!
¡Es que una no
digita a quién amar!
ni evita el
sol negando los colores,
ni quita las
espinas de las flores
a riesgo de
tocándolas, sangrar.
Y al sesgo,
mis dos ¨alas nevaditas¨
se visten con
la ropa que él me quita.
IV
Nanita, ya no
temas. ¡Estoy salva!
Mi amor bien
me explicó ¨que hasta el Edén
se viaja sin
las culpas sobre un tren
en donde a la
ocasión la pintan calva;
que es digna
de perdón la tentación
si ayuda a
suturar un corazón.¨
Y para
terminar, repito aquí
la frase que
susurra enardecido
su verbo
celestial en mis oídos
con voz
autorizada y frenesí:
¨Más vale un angelito alicortado
haciendo de la
Tierra un Paraíso,
que un Cielo inalcanzable y sin hechizo,
con mil doncellas
libres de pecado…¨
¡Ay Nana, si
intuyera dónde embarco
me quema sin
piedad con la de Arco!