UN REPORTE














I

La arena matizándole la piel,
el oro del otoño –que es mentira-
la luz que deja el sol si se retira,
los ojos fabulando un verde infiel.




II

La antigua seda ajada por los años,
la risa –patrimonio de las fotos-
el garbo en un montón de vidrios rotos,
la voz disimulándole los daños.




III

El paso a cinco mil, como de chica,
los sueños destejidos en la mesa,
la espalda con el Tiempo que le pesa,
los versos desangrándose en la pica.




IV

- ¿ Y el Príncipe ? - Nostalgia intravenosa.


- ¿Y el zueco de cristal ? - Cero glamour, 

perdido en una esquina, allá en el Sur. 


( La alquimia que no cuaja se destroza ).





V

- ¿ Y el cuento prodigioso? ¿Y Scherezad ?

- Rodó ayer a la noche su cabeza, 
contó las Mil y Una la princesa.


( No alcanza con la buena voluntad ).






VI

- ¿Y toda la cuestión editorial ?

- Quemada, parodiando a Alejandría, 
cenizas bajo el fuego de Utopía, 
¡ fundida ! como en fraguas el metal. 





VII


- ¿Y entonces, qué va a hacer esta criatura…?

- No sé, quizás tratar de dejar huellas
con letras  ( más dispara a las estrellas )
aquél que ve a la noche tan oscura.












Los vuelos más hermosos se han gestado
con las manos y los pies encadenados.
























































CRÓNICA DE AMANTES






Siempre empezó a llover en la mitad de la película,
siempre olvidé el paraguas antes de ir a buscarte...
(Julio Cortázar) 


















Por fin te tenía enfrente.
Lo hice. Fue por venganza
aquella primera vez 
y todo quedó en la nada. 



La segunda vez, supongo
que fue por placer, yo estaba
de besos hambrienta, a vos 
los besos te desbordaban.



El Tiempo se estremecía
sobre nos, como una Espada
de Damocles lujuriosa, 
que hería, mas no mataba.



La tercera vez fue en vano,
y no tuvo quid la cuarta.
De la quinta, no recuerdo
siquiera cuál fue la causa.



La sexta nos encontró
sin saber bien por qué estaba, 
y la séptima – te juro - 
que nadie se la esperaba.



Sin jugarnos la cabeza
supimos que habría una octava
en el preciso momento
en que el sol nos dio la espalda. 










Hoy no sé si fue placer, 
amor, ilusión, venganza,
o todo eso mezclado
entre los cuerpos y el alma, 


porque en la piel me dejaste,
otrora, invisibles marcas,  
que no me alcanzan estrellas
para contabilizarlas… 
















¿ un pasaje al Paraíso ? 

¿ un vuelo entre nubes blancas ?

¿ un turno en el mismo Infierno ?

¿  o tocar el Cielo, 

y basta… ?















¿ Y Eva ? - Nos vio de costado 
con un revés de nostalgia. 


¡ Bendito sea el pecado !
que me llevó hasta tu casa.







































EXTRA MUROS




No es el asalto a tu puerta cerrada
ni es el disparo de plata en tu pecho...
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No es la violencia en las olas del mar
la que va haciendo más lisa la roca,
no es el embate feroz quien provoca
que lo escarpado se empiece a limar.




No es el puñal en la carne ofrecida
el que tatúa la huella en el alma
sino la suave caricia en la calma
que le sucede al volcán y a la herida. 




No es el asalto a tu puerta cerrada
ni es el disparo de plata en tu pecho, 
no es el abuso del nulo derecho 
a conquistar tu aldea amurallada.





Es la constancia, sublime atributo,
de acariciar la insondable aspereza
con manos de agua y perfil de entereza,
día tras día, minuto a minuto; 






y este tranquilo y silencioso esfuerzo
que, como lluvia lánguida y serena, 
se va metiendo lento por tus venas
con este verso, amor, (con este verso… ). 










Y si quisieras olvidarme,  huyendo, 
no sigas leyendo, no sigas leyendo… 



























 inagotable y silencioso esfuerzo


en estos versos,  amor, 




(en estos versos... )














¨ En nuestro amor hay una pena que se parece al alma.¨ (J.L.B.)

¨  En nuestro amor hay una pena que se parece al alma.¨   (J.L.B.)
Silvina Grimaldi Bonin (ARG)

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