UNA PARADOJA






Yo que nunca denuncio
Yo que no rezo
Que no pongo las manos
en ningún fuego





Yo que nunca milito
Yo que no apuesto
ni vida ni tesoros
a ningún credo







Yo que marcho en contrario
al quid del cielo
Yo que hago apología
del desacierto







Que en la lid de los héroes
no aspiro a un puesto
Que si veo Molinos
no los enfrento







Que en las tierras del justo
no hago cimientos
Y que en libros sagrados
no gasto créditos



Yo que nunca cultivo
remordimientos
Y duplico el embozo
y no corro  ¡vuelo!







Que abandono en mitad
de la guerra a mi ejército
Y que niego tres veces
como Pedro







Y contrato seguros
a cualquier precio
Y jamás me pronuncio
y no asumo riesgos







Pongo el dedo en los clavos
y no creo

¿ Y si juro que sumo ?
¡ Resto !

¿ Y si digo que voy ?
¡ Vengo !














Yo
vacía de gracia
Yo que no quiero
modificar el mundo
ni protegerlo

















Hubiera dado todo
(lo que no tengo)
por un instante más:

divino y nuestro.
















¨ En nuestro amor hay una pena que se parece al alma.¨ (J.L.B.)

¨  En nuestro amor hay una pena que se parece al alma.¨   (J.L.B.)
Silvina Grimaldi Bonin (ARG)

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