I
Amigos
míos, os ruego
tener el mayor cuidado
(ya de frente o de costado)
con el aviso que agrego,
tener el mayor cuidado
(ya de frente o de costado)
con el aviso que agrego,
que, o lo toman o lo dejan,
ya que es su opción acatarlo
o en su defecto, ignorarlo
sin trasponer una queja.
Cautela
debéis guardar :
de la polenta que hierve,
de la aguja que se pierde,
del aceite al burbujear,
de la polenta que hierve,
de la aguja que se pierde,
del aceite al burbujear,
del
ímpetu del bidet…
y de las fotos trucadas
que, sin reparo, las damas
subimos en Internet.
y de las fotos trucadas
que, sin reparo, las damas
subimos en Internet.
Porque
el ojo en ese plano
confunde abrojo con rosa
y es pifia más peligrosa
que una trompada de enano.
confunde abrojo con rosa
y es pifia más peligrosa
que una trompada de enano.
Y de una tiara a un rulero
suele haber menos distancia
que al yerro de la ignorancia
(dispensando al peluquero).
suele haber menos distancia
que al yerro de la ignorancia
(dispensando al peluquero).
II
¡ Un
click ! y el plasma se expande
con sonrisas
invencibles
y
bocas apetecibles
como
manzanas bien grandes;
pero suele suceder
que luego, al quitarse el sayo,
la carroza era zapallo
y ya no podés volver.
En
fin, que es pecado grave
almorzar gato por liebre
sin que el cristal se les quiebre
cara a cara, cuando cabe.
almorzar gato por liebre
sin que el cristal se les quiebre
cara a cara, cuando cabe.
(Todos
los gatos son pardos
de noche) ¡ Y comprended !
que por magia de la Red
parecen flores los cardos.
de noche) ¡ Y comprended !
que por magia de la Red
parecen flores los cardos.
III
Precaverse
y excusarse
para esquivar el anzuelo
es correr a tiempo el velo
antes de desbarrancarse;
para esquivar el anzuelo
es correr a tiempo el velo
antes de desbarrancarse;
pues
todo el que se equivoca
después de ser alertado,
por razón no haber tomado,
¡deberá cerrar la boca!
después de ser alertado,
por razón no haber tomado,
¡deberá cerrar la boca!
Mi
alerta difundiráis,
pues mucha prudencia exige,
y si acaso os claváis
pues mucha prudencia exige,
y si acaso os claváis
¡no digáis que no os lo dije!
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