I
Vos
vas a volver a mí
con el caballo cansado,
los pocos pelos nevados,
valiendo un ¨maravedí¨;
con el caballo cansado,
los pocos pelos nevados,
valiendo un ¨maravedí¨;
y todo lo que escribí
en mi gastada poesía
se volverá profecía
o mejor aún, presagio
de un lamentable naufragio
causado por tu apatía.
II
Vos
vas a volver, mi amigo,
a un paso del climaterio
y a cuatro del cementerio
(Dios perdone lo que digo);
a un paso del climaterio
y a cuatro del cementerio
(Dios perdone lo que digo);
y con su venia, te sigo
cantando algunas verdades
que no son casualidades,
sino causal y revés
por tanto desinterés
ante mis nobles lealtades.
III
Vos
vas a volver, tan viejo,
deshilachado y ruinoso,
que va a tornarse espantoso
mirarte hasta desde lejos
deshilachado y ruinoso,
que va a tornarse espantoso
mirarte hasta desde lejos
en el cristal de mi espejo,
que tantas veces te quiso
acariciar y deshizo
mi ilusión contra tus muros
infranqueables y seguros,
destrozándola en el piso.
IV
Vos
a volver el día
que ya todas te hayan dicho:
-¡ Me cansaste ! ¡Fuera, bicho…!
y ahí, la Melancolía
que ya todas te hayan dicho:
-¡ Me cansaste ! ¡Fuera, bicho…!
y ahí, la Melancolía
(que
es hija de la Poesía)
te va empujar a los versos,
que amorosos y diversos,
te firmó esta pobre ignota
con el alma toda rota
y haciendo miles de esfuerzos.
te va empujar a los versos,
que amorosos y diversos,
te firmó esta pobre ignota
con el alma toda rota
y haciendo miles de esfuerzos.
V
Vos
a volver sin gloria,
con pena y sin argumentos,
a ver si mis sentimientos
aún están en mi memoria
con pena y sin argumentos,
a ver si mis sentimientos
aún están en mi memoria
intactos, haciendo historia,
y a fin de corroborar
si fue puro cacarear
o fue verdad que este apego
no apagaría su fuego
ni viéndome agonizar.
VI
Vos
vas a volver, guitarra
al hombro, rotas las cuerdas,
con tus facultades lerdas,
hecha un jirón la zamarra,
al hombro, rotas las cuerdas,
con tus facultades lerdas,
hecha un jirón la zamarra,
y
las dos manos en jarra,
a suplicarme los besos
con desesperados rezos,
las palmas en oración,
y tu oxidado blasón
¡ más devaluado que el peso !
a suplicarme los besos
con desesperados rezos,
las palmas en oración,
y tu oxidado blasón
¡ más devaluado que el peso !
VII
Vos
a volver, y yo,
que tengo el listón muy alto,
que vivo del sobresalto
como un hábito y que no
permito a nadie me escombre,
que tengo el listón muy alto,
que vivo del sobresalto
como un hábito y que no
permito a nadie me escombre,
que tengo encumbrado el nombre,
que no olvido y no perdono,
que hago un culto del encono
¡ y no me inclino ante un hombre…!
voy
a apurarte los pasos,
pa´ derretirme en tus brazos…
pa´ derretirme en tus brazos…