UN ROMANCE PARA TU CORAZÓN

























Corazón con mil puñales

y mil heridas abiertas,

que dejarán de sangrar

a puro latido y fuerza;





todavía no pudiste

saber que la fibra extrema

no está en la sangre bombeada

sino en el tajo que cierra.







Todo aquello que no mata

multiplica fortalezas,

se vuelve yelmo, coraza,

superación y potencia;




y en el filo del metal

que te ha herido en las contiendas

la ventura te está dando

una invencible herramienta.







No reniegues del puñal

que de la vida a las vueltas,

terminará siendo causa

de tu mayor fortaleza.



Nunca dudes del valor

de eso que en forma de perla,

vos le llamás corazón

(del que quisiera ser dueña).







Y si acaso otra lo fuere,

anoticiarla debieras

que hay una joya invaluable

entre su pecho y sus piernas.




Asimismo, con palabras,

(que más que claro ella entienda)

exigirle que la cuide

como a la más cara gema.








Yo, como Venus marchita,

sin brazos,  rozo tu estela

con este engarce de versos

convertidos en poema,




para darte garantías

y sentar jurisprudencia,

que te espolee a querer

tan solo a la que te quiera.









No debe rogar amor

el caballero que sepa

que vale todas las lágrimas

de las damas que lo acechan.



No debe rogar amor,

sino darlo a manos llenas,

y recibirlo ¡tan solo

de aquella que lo merezca!










Y si un día te acorrala

una voraz nube negra,

no te olvides que es de ahí,

de donde cae el agua fresca;




esa que lava la sangre,

esa que te abre las puertas,

la que te muestra el camino,

la que te espanta la niebla.








Y en esta instancia, me animo

a firmarte una promesa

de adoración sin reparos,

cláusulas, vetos ni reglas,





pidiendo a cambio tan solo

que tu olvido no me hiera,





y que después,  el Destino




con sus alas






nos envuelva…























































nos envuelva…

























SIN PALABRAS...



















I

Y una mañana cualquiera,
después de una noche larga,
y sin floreos de luna:

Te quedaste sin palabras…








¿De qué sirvieron las dichas
con la firma como estampa,
las que poblaron el sur,
las que preñaron las blancas

 
y antiguas hojas dormidas
en el umbral de tu casa,
las que aspirando a ser libros,
apenas si fueron tapas,

 
las que queriendo ser perlas
no llegaron ni a ser máculas,
las que pensándose estrellas
fueron neón que se apaga?

 


II

¿De qué sirvió, te repito…
semejante catarata?

- Él supo que lo adorás.

 

(No había manera más mágica

que el Destino pergeñase
para noticia tan alta.
Era imposible pensar
una fórmula más grata,

 
inabarcable, preciosa,
de hacer notar a quien se ama
que aquella que forma un río
con la tinta derramada.

 


III

Te podrías morir hoy,
te podrías morir… mañana
con la conciencia tranquila
y el mordisco en la manzana,

 
(quien visita el Paraíso
sabe bien que no hay más nada
que pueda venir después
de tan exquisita gracia).

 


IV

Y aunque sé que no te asumo
(no te creo para nada)
militante del silencio,
del repliegue partidaria,

 
devota del ¨say no more¨,
infiel a la verborragia,
fanática de la elipsis,
instruida en la templanza,

 
¡con tantos marzos encima!
¡con tanta invisible mancha!
¡con la ficha personal
atiborrada de marcas!

 


V

y aunque lo sigas amando
con el cuerpo y con el alma,
y la autocracia del tiempo,
y a metros luz de distancia;

 
y aunque te salgan subtítulos
porque tu voz ya no canta,
y no lo aceptes, mi amiga,
y me lo niegues a ultranza,

 
vas a tener que mirarme
en el cristal que se empaña
del espejo inquisidor
de la orilla de tu cama

 
y confesar que esta vez,
 
sin peros y sin revanchas,
 
y un silencio en estampida:

 






te quedaste sin palabras…

 






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¿ Y de qué sirvió, repito,
semejante catarata?


 



- Él supo que lo adorás.


 




















No había manera más mágica...




































ANIMUS



















Somos infinitos yo. Caleidoscopios.
Somos un perfil plural y amplificado,
y a la vez:  virtud, temor, valor, pecado,
ángeles, demonios, ¨famas¨ y ¨cronopios¨.
 


Somos esa extraña red contradictoria
de odios y de amores, de volcán, de hielo,
de polvo y de sangre, de tierra y de cielo,
de espíritu y carne, de pena y de gloria.





El espejo miente y con gesto babélico
nos exhibe a una de todas las caras,
y las otras rugen con sus voces raras,
como rojos lobos,  su llamado bélico.


 
Somos un tejido múltiple y el filo
de una sola espada nos mata en la sombra,
y del sol un rayo nos salva y escombra,
y hay una cornisa que nos tiene en vilo











por la que tendremos que avanzar descalzos
con igual valor que un rey en un cadalso.






















¨ En nuestro amor hay una pena que se parece al alma.¨ (J.L.B.)

¨  En nuestro amor hay una pena que se parece al alma.¨   (J.L.B.)
Silvina Grimaldi Bonin (ARG)

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