YO CONFIESO





Quizás tenga razón Pedro,  y ya no haya forma de pedir perdón...










Confieso que he pecado, que he mentido, 
que a veces he jugado a lo prohibido...
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Confieso que he pecado, que he mentido, 
que más de alguna vez tomé el atajo,
que he dado y recibido golpes bajos, 
que a veces he jugado a lo prohibido.




Que soy de carne y hueso; lo imperfecto
me corre por la sangre con su brío
y va debilitando el cuerpo mío
con un disparo sórdido y directo 




al alma – que en la espalda- me ha impactado.
Ha sido mi palabra débil, vana; 
los pasos fueron falsos, y en la humana
miseria de mis yerros me he asfixiado.




Que amé sin condición, que fue muy tarde,
que no me equivoqué, o al menos creo
no hablar bajo la ergástula del reo
que ampara con discursos ser cobarde.






Perdón pido a mis hijos y a otros hijos; 
y a aquellos que yo herí sin alertarme
de cuánta desazón iba a costarme
el día que la Sombra me maldijo. 





En medio del castigo y del letargo, 
quizás, cuando las horas se diluyan
y ahí, donde mi Tiempo se destruya, 
me dejen declarar que (en mi descargo) : 





mi corazón fue grande como un río; 
y un plus:  que transformé tu nombre en oro, 
y he sido portadora de un tesoro
de apego inmensurable por los míos. 















Tal vez - por tanto amor y tanta pena – 
el Cielo me reduzca la condena. 























Tal vez...      
















¨ En nuestro amor hay una pena que se parece al alma.¨ (J.L.B.)

¨  En nuestro amor hay una pena que se parece al alma.¨   (J.L.B.)
Silvina Grimaldi Bonin (ARG)

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