NOTA DE AGRADECIMIENTO




 



Te debo el cielo. Gracias, muy amable...
















Te debo el cielo. Gracias, muy amable.  

Te debo el fuego sobre las cenizas.
Te debo el sol y por qué no las risas
de un mundo paralelo e improbable.


 
Te debo ser feliz- pero en exceso-
la gloria temporal que compartimos.
La vida es tan sumaria…,  ya dijimos
que ser feliz –al fin y al cabo- es eso. 


Te debo cinco mil trescientos versos.
Con éste, cinco mil trescientos uno.
El saldo no se paga con ninguno
de mis líricos y múltiples esfuerzos.


Te debo el empujón hacia la vida,
la contraseña, la luz, la flor abriéndose
en un punto del aire, y ofreciéndose
de par en par, recién amanecida.


Te debo la manzana mordisqueada,
la marca en el orillo, la osadía
y la más íntima soberanía
del doble filo de la dulce espada.


Te debo, en fin, el golpe de la suerte,
la lluvia en el desierto, el volantazo,
y un ángel del Edén entre mis brazos
riéndose del frío de la muerte.
















Descreo de esta letra y su virtud
para dar cuenta de mi gratitud.













¡ HOMBRE NECIO, QUE PODÉIS... !









La escritora que nos ocupa hoy fue una poeta mística mexicana que desde su temprana adolescencia se destacó por su destreza dialéctica, notable erudición y habilidad versificadora.

Perfiló para desarrollar una labor literaria de alto vuelo pero hubo un hito en su vida que la marcó en forma lóbrega:     
Cayó en las redes de un inmensurable amor, tan laberíntico y tortuoso, como imposible de fraguar con final favorable. 

A partir de ese momento sus letras torcieron aviesamente el rumbo, tornándose oscuras, resentidas, re/ sentidas, reprimidas y con un marcado tono de reproche.

Transcribimos, como Verbigracia, la siguiente estrofa en versos de arte menor:





Hombre necio, que podéis
(con mi permiso otorgado)
inundarme de pecado,
te escapáis y no queréis…
 
¡¿Pero vos sois, o te hacéis?!





Ella des/esperaba por incurrir en algún pecado pero él no le daba lugar…  
Fue entonces cuando, tristemente acostumbrada al hábito de que él no satisficiera sus demandantes requerimientos, en su no tan floreciente juventud, emprendió un viaje de ida a la Isla del Nunca Más Una Alegría, en la provincia de Ligera de Chiapas (Mex) con la resolución de tomar los hábitos en el Convento de las Carmelitas con taco aguja de la Orden de las Tumbadas del Catre.

Gracias a su decisión de convertirse a la vida religiosa logró superar un estado anímico totalmente adverso y signó para siempre un cambio en la temática de sus textos, que se volvieron más piadosos, notablemente comprensivos y de carácter místico.

Aunque el verdadero nombre de la poetisa nunca trascendió... el mundo de la literatura la recordará como
Sor Prendente Parada de Carro, la Poeta Piadosa.








Primera (y última) obra de la Poeta Piadosa. (Códice PP- Universidad de México)














Imagen del cinturón de castidad de la Poeta Piadosa

cuya cerradura original permanece (aparentemente) intacta,

exhibido actualmente en el Salón ¨Animal Print¨

de la Catedral de San Jerónimo, Chiapas.






Célebres son las loas escritas por la mencionada autora a partir de su ordenación, de las cuáles rescatamos la más emblemática, intitulada: 







LOA A UN SANTO VARÓN



 


¡Oh! Santo Varón, perdón…
por acusarte con dolo
de malquererme y vos sólo
cumplías con tu misión.

 
¡Oh! Varón, que fue de roca
tu voluntad soberana
al sacarme tu manzana
(casi) a tiempo de la boca;

 
y esa lúbrica serpiente
ya no me hiciste tocar
a fin de no envenenar
el manantial de mi mente.



Como en la muestra, un botón,
vos me probaste de sobra
que tu virtuoso blasón
no se quiebra, ni se dobla...


Y tu noble corazón
torna en piedra si me nombra
tan solo para guardarme
del pecado y la deshonra.


¡Sacrosanto es el varón
que sus instintos ignora
para amparar el honor
de la dama que lo acosa!



 Pongo a un ángel por testigo
diciendo que tu desdén
me empuja a portarme bien. 


Y si la paz es conmigo

es porque hay nadie en la Tierra,
con quien – sacándote a vos-
(si miento, ¡múlteme Dios!)
me interese hacer la guerra. 



Me niego a que otro destrabe
mi cinto de castidad.
Nunca es mala la verdad:
Vos te tragaste la llave.
  


¡Yo no quería salvarme!
Pero un error del destino
a tus pies hincarme vino
y nunca pude librarme.

Con vos tengo asegurada
una parcela en el Cielo
amurallada con hielo
y bien esterilizada.
 
Ergo, quejarme es en vano,
si al fin y al cabo logré
sin sudor ni buena fe
mente limpia en cuerpo sano
  


Y agradezco eternamente
que tu férrea voluntad
mantenga mi santidad
a salvo del indecente

 
proceder de ¨mi otro yo¨,
que ya estaría en eterno
fuego lento en el Infierno,
si no hubieras dicho ¨No¨ .

 
Poniendo a mi mar en calma
te deseo con decoro
que el Señor te pague en oro
haber salvado mi alma.

 
Y asimismo en mi memoria
voy a guardarte, bombón,
pidiendo en cada oración
que Dios te tenga en la gloria.


 










 (Por más que segura sea
la celda que me cobija
siempre va haber una hendija
por si cambiaras de idea…)


 











Sor Prendente Parada de Carro
La Poeta Piadosa
 
  (1523-1598)
  Ligera de Chiapas (México)

























ESTO TERMINÓ, 
PODÉIS IR EN PAZ...  
















 

POESÍA DE VANGUARDIA



















Yo
            Voy  
                        A
                                Seguir
                                                Mi Amor:


1- escribiendo compulsivamente

2- aporreando un teclado con la letra ¨ese¨ floja

3- publicando en Blogger aunque esté más desierto que el Sahara

4- rimando, rimando y jamás abdicando

5- tomando café y mintiendo que es malta

6- corriendo todos los días en la plaza de un pueblo,  como Héctor alrededor de Troya,   (y a mí ni siquiera me persigue Aquiles)

7- quejándome todo el invierno

8- durmiendo menos que sereno con doble turno

9- pintándome el pelo de rubio

10- leyendo a Borges y a Quevedo, hasta que la muerte nos una

11- cometiendo el peor de los pecados

12- diciendo muchas veces gre gre para decir Gregorio

13- sobrevolando tus versos



14 – queriéndote

14 bis- 
            que
                          rién  
                                  do
                                           te 











                          rién  
                                                                   do
                                              que                                                     te
















EL ARDID













Es posible que haya escrito la verdad
en un código tan fácil de leer,
que todo el que quisiera comprender
la habría visto sin dificultad.


De la ficción hasta la realidad
existe un hilo fino e intangible
que vuelve lo palmario en invisible
sin la más mínima complejidad.


Misterio frágil la literatura…
La carta está en la mesa y sin embargo
pocos la ven, Dupin no se hace cargo
de esta delgada línea de cordura


(o de locura tal vez…) que con poesía
separa realidad de fantasía.












DISCOVERY HOT











Una estimación basada en la desintegración radiactiva del potasio en argón de algunos restos arqueológicos arroja la fecha de 1,4 millones de años atrás como la de la posible invención y consecuente manejo del fuego por algún primitivo ejemplar de Homo Erectus.




Neanderthal Town
  Invierno de 1.398.000 A.C.
 
5,30 A.M.






-Darling, I am re-cantada de cold.

-Sorry, my dear, I am re-cantado de cold too.

-But I want a solution ¡now!

-Don´t worry my sweet baby, frotemos your rock with my rock, and see what pasa.

- ¿ … ?
 
- Total is free…

- Ok, si no nos queda another one…
 
 (chis, pas, chis, pas, chis, pas) 
 ¡Auch! ¡More carefully please!


- ¡Sorry my perry... ! 
(chis, pas,chis, pas ...)


-My love… what fuck is it ?


-I don’t now, but this thing burn like shit !!!!!!













El diálogo que antecede es imaginario y el idioma utilizado para recrearlo apenas un adorno satírico.
Nadie puede saber qué intercambio verbal -si acaso lo hubo- se produjo entre los seres que vieron el fuego por primera vez,  pero estoy en condiciones de afirmar que la sorpresa para ellos debió haber sido bien, bien grande…y por supuesto, bien, bien caliente.







Fuentes consultadas:

































No me dejes en paz que la tortura
sea continua e imperecedera
que me agite la sangre aunque no quiera
que sea gota de aceite hirviente y pura


No me frenes el viento que el impulso
me embista con tu nombre hasta la cima
 me roa la piel como una lima
 me obligue a perder la paz del pulso



Removeme el puñal hasta la entraña
que tu espada se incruste  sin piedad
contra el costado de mi voluntad
sin contar cuántas veces y con saña


Que seas rey y señor y dios y dueño
del palacio cerrado de mis sueños









Que se juegue en tu lid toda mi suerte

Que seas la contracara de la Muerte















SONETO ESCRITO APARENTEMENTE POR UNA EXTRAÑA REENCARNACIÓN CON JEANS Y PELUCA RUBIA DEL ARCIPRESTE DE HITA...





Como (quizás) los lectores ya saben, el poeta Juan Ruiz (Alcalá de Henares, Madrid, 1284-1351), conocido como el Arcipreste de Hita, fue el creador de una obra poética de franca intención didáctica, profusa en ejemplos y moralejas, que constituye una de las obras literarias más importantes de la literatura medieval española, el Libro de buen amor. 

Gran conmoción ha causado en el mundo de la literatura, el descubrimiento de un códice datado aproximadamente en la misma época, de autoría de una supuesta prima lejana del Arcipreste, la que, pasados los 40 años y luego de una -sin precedentes- complicación amorosa, con la libido en baja y en etapa pre-menopáusica, dio un giro total a la temática de sus poemas, y siguiendo el rumbo de su celebérrimo pariente, comenzó a escribir- porque no le quedaba otra- versos de carácter didáctico, en cuyos pareados finales, obraba la moraleja en cuestión.

A continuación, se transcribe uno de los sonetos encontrados en el mencionado y (para nada) valioso códice, intitulado: 






VENTAJAS Y DESVENTAJAS... 








Envidiaban a los árboles las hojas:
la esbeltez, el señorío, la firmeza,
y la nunca discutida fortaleza
que ni el ímpetu del cierzo les despoja.


Y después se prodigaban en el viento,
recorriendo las veredas del poniente
con el sol enardeciéndoles la frente,
sin cadenas ni raíces ni cimientos.


No sabían que los árboles (con pena)  
envidiaban esas alas invisibles,
y ese vuelo prodigioso e imposible
era un sueño recorriéndoles las venas.


Muchas veces la raíz que nos sostiene
se convierte en la prisión que nos contiene.
 









LIBRO AUXILIAR DE CAJA












Los que supe querer se han alejado
por distintos caminos de la vida,
en unos,  el amor cerró la herida
y en otros, desconozco qué ha pasado.


Amor… que ya no sos más que un remedo
de sol que tras los montes se discurre,
tu piel– soñada anoche- se me escurre
igual que arena fina entre los dedos.


Estoy haciendo pie en este apartado
rincón de un mundo herido por la ausencia,
y guardo una sutil reminiscencia
de versos que me miran de costado.


La rima me persigue con fruición,
y caro estoy pagando ese pecado,
nací en  lugar y siglo equivocado,
la cárcel en que vivo es mi invención.


La casa está poblada de vacíos
que no se han enterado de que falto,
y avanzan sin sufrir un sobresalto
por márgenes que nunca fueron míos.


En páginas de libros encumbrados
busqué el consuelo digno del vencido,
y el bálsamo del Tiempo que he perdido
en verdes pizarrones borroneados.


Dios sabe- si es que existe- que no alcanza.
Dios vio- si es que me mira- que luché
por no perder un mínimo de fe
y no ceder un metro de esperanza.


Me asiste en esta hora de balance
un saldo generoso y a favor
que tiene relación con el amor
sentido y no habrá número que alcance.


La sombra del Haber no la contemplo,
la luz que me irradiaste la destroza,
y dejo aquí mi verso color rosa,
sirviendo este poema como ejemplo.


Se yerguen las columnas y el criterio
es ir sorteandolás saliendo ileso.
A quien esté leyendo, lo confieso:
la cifra del final es un misterio.


Lo bueno, lo sublime, lo infinito,
el íntimo regalo que el azar
me ha dado, es que me puedas vislumbrar
en todas las palabras que te he escrito,



aún cuando no queden más que flores
de humo deshojadas y marchitas,
aún cuando no existan margaritas
dispuestas a jurar nuevos amores.


 









¨ En nuestro amor hay una pena que se parece al alma.¨ (J.L.B.)

¨  En nuestro amor hay una pena que se parece al alma.¨   (J.L.B.)
Silvina Grimaldi Bonin (ARG)

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