fue de anchas tristezas, no muy santas, como el ángel caído, que de tantas... |
Nunca pude escribir desde la paz,
a la sombra de un viejo paraíso,
con el viento a favor, Dios no lo quiso,
y yo no lo objeté ¡faltaba más…!
a la sombra de un viejo paraíso,
con el viento a favor, Dios no lo quiso,
y yo no lo objeté ¡faltaba más…!
Fue de sangre la tinta, fue de bronca,
fue de amargo y salobre río abajo,
y de fiebre en la piel, profundo el tajo,
censurados los gritos, la voz ronca.
Fue de pura emoción, como en el tango,
y de anchas tristezas, no muy santas,
como el ángel caído, que de tantas,
se allanó a la nostalgia de su rango.
Justifican mis versos: este amor,
el golpe que no di en la otra mejilla,
el coraje de nadar hasta tu orilla
y el daño de tu ausencia, ese motor…
No he logrado escribir desde el sosiego.
Que el Infierno no me prive de su fuego.
5 comentarios:
Hay quienes han planteado que no se puede escribir de otro lado, que todo arte mayor tiene que ver con una pérdida, que no es posible escribir versos felices. ¿Será tan asi?
Está claro, es lo que está claro, que tus versos son inspirados, dignos de leerse.
Saludos, querida SIL. Y besos.
Escribir desde el sosiego es lo apropiado para lectores muertos.
Yo te prefiero loca, trastornada, desequilibrada de emociones y versos.
Como una Diosa salvaje.
Besos.
El amor, correspondido o no, es la mayor fuente de inspiración en la poesía... tus versos así lo demuestran.
Un abrazo.
Un día me tatuaron que la poesía suele llegar del brazo del dolor.
Desde entonces no he perdido el compás y mis pasos se dejan llevar abrazando lecturas.
Un beso, SIL ...
Y un cálido abrazo.
Bellísimos cuartetos. De bronca y de amargura. Y de profundo amor, como en el tango...
Besísimos, Sil
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